Vida de Arcadio es un reportaje íntimo, escrito en segunda persona, que tiene como asuntos coincidentes la juventud del autor y la juventud de la democracia española. La lucha por hacerse un hombre, detallada sin pudor ni contemplaciones, se cruza con las mentiras de su tiempo y con la primera y principal: que la juventud sea el almacén de los sueños perdidos. Aunque esta indagación sobre lo íntimo que el autor acomete con la voluntad de verdad que usa en su oficio para narrar la vida de los otros es también una celebración alegre y sensible de muchos momentos inaugurales de la experiencia. Escrito desde la convicción de que el pasado solo puede observarse con los ojos del presente, el libro ajusta las cuentas con algunas crisis contemporáneas, extrañamente vinculadas con las de hace cuatro décadas; como si el tiempo fuera esa ilusión que documentan los físicos y los poetas.